Antes de ser madre, hay un montón de cosas que tienes muy claras:
#YoNunca malcriaré a mis hijos
#YoNunca cederé al chantaje de la rabieta
#YoNunca compraré una Barbie ni fomentaré el princesismo extremo
#YoNunca les daré «comida basura»
Y así hasta el infinito…
Pues me las he saltado todas. TO-DAS. Resulta que en vez del retoñ@ friki loco por las ciencias que soñaba, tuve a la Princesa Sofía y a Campanilla. Con el gen «rosa, con volantes y purpurina» multiplicado por mil. Mi madre dice que es un castigo divino para que aprenda, o un premio para ella que me aguantó a mi, a mis escarabajos y mi microscopio. Sin volantes ni flores.